

En la antigua universidad de León XIV, el nuevo papa "es Bob"
El campus de Villanova está en éxtasis desde la elección de Robert Prevost como nuevo papa. Y con razón. Fue aquí donde estudió el "padre Bob", influido por el pensamiento de San Agustín, antes de subir los peldaños del Vaticano.
El jueves por la tarde, en este entorno verde a unos quince kilómetros de Filadelfia, laicos, hermanos con sotana y estudiantes vivieron un raro momento de comunión compartida.
Uno de los suyos, el cardenal Robert Prevost, fue elegido papa. Una primicia para un estadounidense, pero también para el movimiento agustino en el corazón de la enseñanza de esta universidad.
"Estaba en mi habitación, en el dormitorio, con la puerta abierta, y de repente oí que todo el mundo empezaba a gritar", cuenta Amelia Weiss, una estudiante de bioquímica de 19 años.
"Todos nos decíamos: 'El nuevo papa es de Villanova'". Desde entonces, no se habla de otra cosa. Los estudiantes de matemáticas estaban en el séptimo cielo", añade.
Nacido en Chicago, Robert Prevost estudió matemáticas en Villanova, la primera universidad estadounidense de tradición agustina, donde se formó en las enseñanzas del autor de La ciudad de Dios y Confesiones, antes de elegir el sacerdocio.
"Nos quedamos atónitos. Fue una sorpresa total. Había alegría, lágrimas, estaba en trance porque para nosotros es Bob, es nuestro hermano agustino. Y estamos muy contentos de ver que el resto del mundo también lo conocerá. Es increíblemente inteligente, talentoso y políglota", añade el reverendo Rob Hagan, que describe al nuevo papa como "mentor" desde hace mucho tiempo.
"Conocí al padre Bob (hace unos 27 años) y se convirtió en un hermano para mí. Era diez años mayor que yo en su formación como agustino. Él ya era sacerdote (...) y yo, novicio. Yo venía de la costa este de Estados Unidos e hice el noviciado en Wisconsin. Y él me acogió allí", evoca este hombre larguirucho, que afirma que lo "hizo sentir como en casa".
- Confesiones -
En la Universidad de Villanova, fundada en 1842 por católicos irlandeses, los textos de San Agustín son obligatorios para todos los estudiantes: sea los de ciencias y negocios o los de filosofía y teología.
Todos deben leer las Confesiones de San Agustín, filósofo y teólogo romano del siglo IV nacido en África.
En una época de redes sociales y déficit de atención, ¿cómo se puede persuadir a los estudiantes para que se sumerjan en estos textos?
"Estamos tentados, distraídos, atraídos por tantas cosas que creemos que nos van a satisfacer, internet, el poder, la ambición, el sexo (...) Así que San Agustín nos habla porque fue pecador antes que santo. Cometió los errores que cometemos nosotros y que también cometen los estudiantes", replica el reverendo Hagan.
A Will Kelly, un estudiante de Historia Contemporánea de Estados Unidos aún asombrado por el anuncio "surrealista" del nuevo papa, le encantó leer a San Agustín.
"Es un texto antiguo, pero sigue siendo actual. Sigue siendo relevante para mi vida cotidiana", dice, y afirma que no tiene la impresión de que haya una agenda política en la enseñanza del campus, sino más bien una búsqueda compartida de la verdad.
Especialista en San Agustín en la Facultad de Teología, Jaisy Joseph espera ahora ver al nuevo papa León XIV, al que también llama "Bob", utilizar sus enseñanzas en Villanova para transformar la Iglesia católica.
En esta universidad, como en San Agustín, "se reconoce que como individuo tengo una percepción limitada de la verdad, que necesito a mi amigo, a mi compañero de peregrinación. Podemos tener puntos de vista diferentes, pero no vamos a pelearnos, sino a buscar la verdad juntos, codo con codo", explica a la AFP en su despacho, donde los libros están dispuestos de forma original: cada estantería tiene su propio color.
En su escritorio, sin embargo, triunfa San Agustín. ¿Hay algún pasaje relacionado con las Confesiones que los alumnos se sepan de memoria? "Si hay una frase común a todos nuestros alumnos, es ésta: conviértete en lo que aún no eres".
N.Singer--NRZ